El ratio Sharpe, nombrado así por su creador William Sharpe, es una métrica que ayuda a los inversores a medir la eficiencia de una inversión teniendo en cuenta tanto la rentabilidad como el riesgo asumido.
Se calcula como:
Ratio Sharpe = (Rentabilidad del fondo o de la cartera – Rentabilidad del activo libre de riesgo)/ Volatilidad (desviación típica) del fondo o de la cartera
Para ser más precisos, mide la rentabilidad adicional por encima de la rentabilidad del activo libre de riesgo por unidad de volatilidad asumida.
Cuanto mayor sea el ratio sharpe de una inversión, mejor será el rendimiento ajustado al riesgo de la inversión. En el caso de ser negativo, la rentabilidad de la inversión no habrá superado al activo libre de riesgo.
En la práctica, el ratio Sharpe es utilizado como herramienta de análisis con la que comparar productos similares, facilitando la elección óptima entre distintas inversiones.
Para ilustrar su uso, a modo de ejemplo, hemos comparado tres parejas de inversión con nivel de riesgo equivalente, utilizando datos históricos de los últimos 15 años (01 noviembre 2004 a 31 octubre 2019, fuente: Morningstar).
Podemos observar en la tabla como las carteras de Finizens producen rentabilidades superiores a las referencias de mercado comparables para los tres niveles de riesgo analizado: perfil conservador (+1,99%), perfil moderado (+2,25%) y perfil agresivo (+2,84%).
Tal y como se puede apreciar en la gráfica de abajo, las carteras de Finizens no solo producen una mayor rentabilidad para todos los perfiles de riesgo, sino muestran un ratio Sharpe muy superior a sus equivalentes comparables: +7,4 veces (perfil conservador), +2,6 veces (perfil moderado) y +4,1 veces (perfil agresivo). Es decir, las carteras Finizens producen una rentabilidad adicional con un uso óptimo del riesgo asumido.
Por tanto, el ratio Sharpe supone un gran indicador de la eficiencia de la gestión de la cartera, y debe ser clave en toda decisión de inversión. Es por ello que en Finizens diseñamos productos de inversión que maximicen el binomio rentabilidad-riesgo, para así ofrecer la mejor rentabilidad posible a nuestros clientes y al mismo tiempo minimizar el riesgo de inversión.